Que mala costumbre es disparar y luego recapacitar. Cuando digo disparar me refiero a las balas que se utilizan mediante el lenguaje, las imágenes, las noticias, los gestos. Me viene a la memoria un slogan publicitario de hace años con el actor Vinicio del Toro diciendo prefiero pedir perdón a pedir permiso.
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Con esto intento poner un poco de cordura en el tema de los
implantes mamarios y la relación con un tipo extremadamente raro de linfoma, el linfoma anaplásico de células gigantes.
Hay que procesar la información que recibimos de un modo adecuado, pero estamos expuestos a los grandes y catastrofistas titulares que alertan a la población y en ocasiones generan pánicos infundados.
Antes de ser cirujanos plásticos somos médicos, y como tales realizamos un juramento hipocrático que nos obliga a no realizar daño alguno sobre nuestros pacientes” Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo”.
Es por esto que todo el mundo debe entender que ningún cirujano plástico utilizaría nunca un implante o cualquier otro producto que se pueda relacionar de un modo directo o claro con cualquier tipo de enfermedad, teniendo esta como causa principal el uso del mismo. Ni tampoco ningún ministerio de Sanidad de cualquier país ,incluida la todopoderosa FDA, permitiría el uso de cualquier dispositivo médico que pudiera provocar cáncer.
Después de más de cuarenta años de uso de
implantes mamarios de gel de silicona y millones de mujeres operadas se han descrito 173 casos en todo el mundo, sin que hasta el momento se haya podido realizar un estudio serio o establecer una relación.
Lo que es lamentable es que se relacione esto con el escándalo de las prótesis PIP, que fue un fraude industrial y que casualidad, se “comió” literalmente el ministerio de Sanidad francés durante unos cuantos años. Parece que en este caso están dispuestos a tirar por la calle de en medio antes de quedar en ridículo de nuevo.
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Este hecho obliga a los fabricantes, casas comerciales, ministerios de sanidad y a médicos a realizar un estudio serio sobre la situación, estudio francamente complicado por la escasez de la muestra, y a establecer unos protocolos para valorar que pacientes son susceptibles y cuáles no.
Probablemente sea un problema de inmunidad alterada que provoca una respuesta errónea por parte del organismo ,también llamadas enfermedades autoinmunes, ya que aparece en pacientes a muy largo plazo, algunas de ellas sometidas a quimioterapia y radioterapia previa ( más del 50 % de las pacientes francesas) y el tratamiento consiste exclusivamente en retirar el implante y la capsula que lo recubre.
Pero esto es sólo opinión, no existe ningún estudio científico ni publicación científica que establezca una relación causal directa entre los implantes y el LACG. Ahora mismo sólo somos simples espectadores de un hecho muy poco frecuente que debemos estudiar y valorar de un modo concienzudo. Desde el año 2011 la FDA observó la aparición de este tipo de linfoma que sólo parecía afectar a la cápsula y desde entonces se está encima intentando estudiarlo.
Es importante tener en cuenta aquellos pacientes que presenten un seroma o acúmulo de líquido en una mama después de llevar un implante durante varios años, pero no confundirlo con el seroma tardío que no tiene nada que ver con el LACG.
Ante la duda consulte con su
cirujano plástico que es el que recibe información directa y fidedigna de los laboratorios y el ministerio de sanidad. No duden que cualquier información que sea de utilidad a las pacientes portadoras de implantes mamarios será remitida a los cirujanos plásticos y a sus pacientes.